
A la muerte de su tío, la anciana Kate Salomon hereda su fortuna, además de un manuscrito que se presume será un fabuloso éxito editorial (pues el finado era un famoso escritor).
Por las mismas fechas, recibe la visita de Foster Smith, de quien estuvo enamorada en la juventud, y que ahora, con 70 años, viene a pretenderla en matrimonio.
La calidad de la prosa es palpable, y el relato está lleno de momentos divertidos y entrañables. La novela es un canto a la amistad, al buen quehacer profesional y a la vida hogareña. La autora conoce y describe bien la psicología femenina.
Es una pena que el planteamiento inicial esté viciado por el permisivismo moral imperante: Foster, de hecho, se ha divorciado ya dos veces; esto propicia alguna mención a la imposibilidad de una boda eclesiástica, que de todos modos se considera irrelevante si hay amor.
F.J. (2014)